viernes, 27 de noviembre de 2015

"Jugar en Wanderers, Nacional y la selección fueron mis sueños cumplidos"

Entrevistas 


Espacio dedicado a todas aquellas personas que se vinculan con el fútbol uruguayo desde adentro o desde afuera de la cancha.






 


Sebastían Eguren Ledesma, nacido en Montevideo el 8 de enero de 1981, es un futbolista uruguayo nacionalizado sueco, que juega de centrocampista en el Club Nacional de Football de la Primera División de Uruguay. Participó en Copas del Mundo, Copa América y Copa Confederaciones. Su familia está formada por Cecilia su señora y sus dos hijos, Manu y Tiago de cinco y siete años. Es un jugador de vasta trayectoria y eso demuestra su currículo, el cual detalla a continuación.

- ¿A qué edad comenzaste a jugar al fútbol y quién te incentivó a hacerlo?

- Arranqué con cuatro años. Siempre peloteé desde antes inclusive, pero formalmente fue a los cuatro o cinco años en “El Hornero”, que mi tía me llevó. Ella fue quien me incentivó de alguna manera, era golera de hándbol y le encantaba el fútbol, me daba para adelante a morir. Además mi viejo trabajaba nueve o diez horas como cualquier padre normal que trabajaba en una fábrica y no había mucho tiempo, entonces ella me empezó a llevar. Después yo le pedía a cualquiera de mi familia o alguien que me arrimara, quedaba cerca.

- ¿Por qué cuadros pasaste hasta debutar en primera división?

- El Hornero fue mi cuadro de baby fútbol, estuve un año en Huracán Buceo y después desde los diez años en adelante estuve en Wanderers que fue mi equipo hasta llegar a primera división.

- Me imagino que fue un sueño llegar a primera de Wanderers, digo porque hiciste todas las categorías ahí…

- Sí, además porque yo me fui criando ahí, era como mi casa, me trataban como un hijo. Mis amigos los formé ahí. Fue la mejor etapa de mi vida. Digo porque la mejor etapa de cualquier persona, es la adolescencia y la juventud. Yo la viví ahí con todos mis amigos con quienes compartí el sueño de jugar en primera división, fue una experiencia alucinante y uno de los mejores grupos que tuve en mi vida como personas y hasta el día de hoy son mis amigos de la vida.

- Y de ahí a Nacional

Sí, dos años. Fue otro sueño cumplido porque fui hincha de Nacional toda mi vida, soñé jugar con la camiseta de Nacional y mis ídolos eran de Nacional.

- Se podría decir que un hincha enfermo

- Sí, hasta que jugué en primera división fui hincha enfermo de ir siempre al estadio, de gastarme los últimos ahorros cuando Nacional jugaba los clásicos. Lo normal de un hincha, nunca fui un tipo agresivo ni violento pero iba si llovía y dejaba de hacer cualquier cosa por ir a ver a Nacional e imagínate después de todo eso jugar en Nacional, fue un sueño.

- Y eso también en parte, ¿fue por una remera que te regalaron del “Pantera” ex golero de Nacional?

- Sí, arrancó ahí. Y por supuesto por mi papá que también era un hincha enfermo, que no lo había heredado de mi abuelo porque éste había jugado en Danubio de jovencito y era hincha del club.
Me acuerdo de los calores que pasé con esa camiseta de Rodolfo Rodríguez. Tenía un polifón tremendo, era de manga larga, de tela y en invierno todo bien. Pero en verano, como era lo más lindo que tenía, la usaba igual. La usé hasta que me entró y pude porque yo era bastante gordito de chiquito.

- ¿Siempre jugaste de centrocampista?

- Sí, siempre. Lo único que varió fue un técnico que como me quería mucho y yo era cumplidor, me dió la camiseta número diez. El “Pocho” del Hornero, no me lo olvido nunca más.
Pero siempre fui muy nervioso, de estar haciendo cosas todo el tiempo, entonces el lugar donde más gastaba energías era ahí y servía.

- ¿Una de las mejores asistencias que hayas dado?

- La que le dí a Iván Alonso hace poco acá en Nacional. No soy un gran asistidor y si tengo otra no la recuerdo. Ésta estuvo buenísima, hacía mucho tiempo que no jugaba en el Parque Central por Torneo Uruguayo, de hecho, no había jugado nunca por Torneo Uruguayo y entonces es el recuerdo mas vivo que tengo.

- ¿Cuál fue el motivo de tu regreso a Wanderers?

- En Nacional no estaban muy convencidos de que yo siguiera, estaba en Wanderers todavía, así que renové ahí. Pero recuerdo que estaba en una etapa de mi vida que quería dar un salto en mi carrera. Me quedaba en Nacional para realmente confirmar que yo era un jugador que podía dar más de lo que ya había dado en ese momento, o tenía que dejarle el lugar a otro. En eso también se suma el cambio de entrenador y como no había una certeza muy grande volví a Wanderers que me sirvió para irme a Noruega.

-Pero entonces el problema del doping que te dió positivo no tuvo nada que ver

¡No, para nada! Nacional se portó muy bien conmigo. El positivo fue como por Abril, yo cumplí la sanción en Setiembre y volví a jugar.

-En principio era una sanción de dos años y luego se bajó a seis meses porque tú avalaste de que había sido por té de coca, ¿Cierto?

- Sí, ya habían existido más casos que no habían sido sancionados. Como la de los jugadores Ángel Rimba de la selección boliviana, y Zetti (Donizetti Quagliato) de la selección brasileña. Además, tenía el antecedente que en todos los controles anteriores que me hicieron, nunca me había salido nada y después me hice otro tipo de estudios enseguida para demostrar que otras sustancias que podían aparecer no estaban y eso me sirvió para bajar la sanción. Nacional me apoyó en todo momento y me dió todo para que pudiera seguir entrenando.

- Nunca desconfió

- No, para nada. Y eso estuvo buenísimo. Pero no sólo por el respaldo que me brindó como institución, sino los compañeros, el cuerpo técnico. Para mí fue lo más importante. En ese momento me sentí súper defraudado, pero por todo, sentía que no había hecho nada malo, el doctor nos había autorizado a tomar té de coca. Pero sobre todas las cosas, esto te ayuda a aprender. A ser más responsable de lo que deberías ser. A partir de ese momento mi cabeza cambió hasta el punto de no tomar de una botella de agua sino la abren adelante mío.

- Y la hinchada, ¿te acompañó o no?, ¿estabas más molesto con tu actitud irresponsable o con que la gente de Nacional no creyera en vos?

- La gente es cruel de por sí, lo digo con total respeto. No te digo que los insultos sean bien vistos pero se ven como algo normal y desde ese punto de vista sí. A mí lo que más me importaba era mi hermano en aquel momento que era chiquito y después yo sabía que tenía que aguantarme cosas como ya me había aguantado. La hinchada de Nacional conmigo se portó bárbaro. No tengo nada para decir, antes de eso había vivido un año complicado y a partir de ese momento yo sentí el respaldo de Nacional. Sabían que lo único que quería era volver a jugar y cumplir con Nacional.

- Porque además, hasta pensaste en dejar el fútbol en algún momento, ¿no?

- Sí. Tuve una conversación con mi familia y le dije que nunca había fumado marihuana o consumido cocaína, como todo adolescente o joven tomé alguna cerveza o copa demás, pero yo me cuidaba, desde siempre. Me prohibía ir a los cumpleaños de 15 o hacer cosas que otras personas hacían con normalidad y me parecía que no era un castigo para mí, pero son señales que te da la vida, aprendizajes que te quedan, es de la manera que valoras más. Yo valoré el fútbol mucho más después de eso. No pensaba que fuera a ser para el resto de mi vida y al final lo fue.

- Y supongo que tu familia cumplió un rol importante para tu contención

- Sí, la familia y los amigos. Ni que hablar.

- ¿Cómo está formada tu familia?

- Mi familia está formada por mi esposa y mis dos hijos que tienen cinco y siete años. Después mi mamá, mi papá, mis tres hermanos y después como todo, tíos y primos.

- ¿Sos de Villa Española?

- Si, de Pueblo Nuevo. Vendría a ser la división entre Villa Española y Pueblo Nuevo.

- ¿Pero hoy día vivís ahí?

- No, hoy no. Me fui a los quince del barrio, cuando se puso picante, digamos. Me mudé con mamá para Cordón donde mejoramos muchísimo. No porque el barrio no diera, sino porque mis amigos tomaron caminos diferentes y yo iba encaminado por otro lado.

- Retomemos tu carrera, de Wanderers a Rosenborg en Noruega en 2005. Contame como es el fútbol en esa parte de Europa y si te acostumbraste al idioma, a las comidas, al clima, etc.

- Fue de lo más divertido de mi carrera. El fútbol es más o menos lo mismo en todos lados, obviamente que cambian algunos factores, como las velocidades. Fui a Noruega pensando que sabía hablar inglés y obviamente no sabía nada. Fui solo para allá y empecé a hacerme cargo de otras cosas o a tomar ciertas responsabilidades que acá no tenía. El dinero por ejemplo, a cocinarme todos los días, viajar, algo a lo que yo no estaba acostumbrado y a los 23 años no estás tan afín. Lo pasé bárbaro a pesar de que extrañé.

- ¿Por qué te fuiste? ¿Tuviste problemas con Torum, el que en ese momento era el DT?

- En realidad él nos dijo a mí y al otro jugador uruguayo que prefería jugadores africanos y trajo uno de Malí y otro de Costa de Marfil. El gerente deportivo del club charló con nosotros y nos dijo que nos teníamos que quedar igual, que ya habían invertido en nosotros y que creía que íbamos a jugar en algún momento. Nos quedamos un tiempo, pero eso no pasó. Ahí me vine a Wanderers dos meses y surgió la posibilidad de quedarme en Rosenborg o en Suecia. Preferí ir a Suecia.

- Firmaste contrato por tres años pero estuviste dos

- Me fui de ahí de forma rara, hicimos un intercambio de contrato extraño que culminaba con el contrato que tenía en Rosenborg. Fueron dos años increíbles, conocí a la que hoy es mi esposa. Me enamoré de la ciudad que es hermosa, aprendí a hablar inglés de verdad, había muchos extranjeros y futbolísticamente me vino bárbaro porque anduve bien.

- ¿Y dónde crees que explotaste tu potencial?

- En Villarreal. Pero donde hice cosas que nunca creí que iba a ser fue ahí, en Hammarby. Hice muchos goles, me solté, las cosas fluían fáciles. Yo quería jugar en Europa, sé que los mejores niveles no eran ni Noruega ni Suecia, pero yo quería jugar en las grandes ligas. Para eso tenía que demostrar que podía mejorar. Un día me llaman casi terminando el período de pases si quería ir a Villarreal.

- ¿Cómo recordas ese llamado?

- Fue un poco desagradable, estaba en el baño (Risas).
Tenía varias ofertas en la mesa. Firmar cinco años más, irme al Basilea de Suiza por tres años o irme a préstamo seis meses al Villarreal con opción de compra. Era la opción más arriesgada. Recuerdo que mi mujer estaba embarazada de ocho meses de mi primer hijo y le consulté. Cecilia me dijo: “¿Qué soñaste toda tu vida? -Ir a España, le respondí. -Entonces no lo pienses más”.

-Y en Villarreal, ¿qué grosos del fútbol europeo tuviste oportunidad de conocer y jugar?

- Jugué contra todos. Me acuerdo que cuando llegué le ganamos al Barza de Ronaldinho, Deco, Xavi, Iniesta, Messi debutando,¡era una barbaridad! Habían salido campeones de Champions y nosotros terminamos segundos, perdimos contra el Madrid en las últimas fechas y se nos fue por esa inexperiencia de los cuadros chicos de España de no luchar hasta el final.
También con Cristiano Ronaldo, Benzema, Raúl, Ronaldo, Zidane. Contra un montón.

- ¿Y mantuviste contacto con alguno de ellos?

- De los contrarios no. Sí con compañeros crack que jugué, Robert Pirès, Santi Cazorla que está en el Arsenal, Rossi del Fiorentina, Gonzalo Rodríguez un argentino, y un montón que me estoy olvidando. Igual siempre digo que si tengo que hacer mi once ideal de los que jugué en contra y los que jugaron conmigo yo elijo a mis compañeros de la selección uruguaya.

- Y de chico, ¿a quién admirabas en el puesto de volante o a quién le seguías los pasos?

- De muy chico, mis grandes ídolos fueron; Hugo de León, Santiago Ostolaza, Dely Valdés, Rodolfo Rodríguez. Ellos fueron los que no tenían comparación.
Después de grande noté otros jugadores, como Fernando Redondo que jugaba más que la pelota. Intenté estar a ese nivel pero de hecho nunca lo conseguí. Me encantaba. Y después Pablo García, el 5 ideal, tenía todo, era el mejor 5 del fútbol uruguayo.

- ¿Y hoy día en tu posición?

Xabi Alonso y Sergio Busquets sin dudas.

- ¿Y uruguayo?

- Los que están. Cacha, Corujo. Los de la Selección uruguaya siempre son los mejores.

- ¿Algún juvenil que te deslumbre?

- Si miro un jugador con clase, un físico privilegiado y que además es inteligente para jugar es Mauro Arambarri (defensor). Me encanta. Ojalá pudiéramos tenerlo en la Selección, no es para meter presión, (risas) pero es más ojalá pudiéramos tenerlo de compañero en Nacional porque es un pibe que juega. A mí me encanta el “colorado” (Santiago Romero, Nacional) pero como proyección de un equipo de primer nivel en Europa, Arambarri.

- ¿Qué cosas consideras que los jugadores jóvenes no tienen y deberían de tener?

- Me he sorprendido para bien lo formado que llegan los jóvenes hoy. Cuando llegué a primera división pensé que ya estaba, lo que viniera después para mí era un regalo. Pero los pibes hoy tienen claro lo que quieren, saben a dónde quieren llegar. Las conversaciones que mantengo con gurises de veinte años que me dicen, quiero jugar en tal equipo porque cuento con tales condiciones, en mi época no existía. Hablábamos de cualquier cosa menos de donde nos veíamos proyectados. Obviamente que también cuentan con facilidades que nosotros no contábamos como nutricionistas, suplementación, además se forman mejor académicamente. Terminan el liceo y estudian idiomas. Están mucho más formados, físicamente y futbolísticamente. Esto permite mejorar el fútbol uruguayo y también a ellos mismos, así cuando pegas el salto los golpes que recibís, los recibís de otra manera.

- ¿Tus estudios en que quedaron? ¿Terminaste bachillerato, hiciste algún curso?

- Estudié hasta quinto de liceo. Con 17 años me creía que me llevaba el mundo por delante, y sin decirle a mis padres dejé de estudiar. Cuando les avisé ya había perdido el año por faltas.

- ¿Cómo hiciste para que no se enteraran?

- (Risas) Porque tenía una novia en el liceo, iba pero no entraba a clases. Mi viejo cuando se enteró me dijo que dejar los estudios era más grave de lo que imaginaba y que ellos no me iban a ayudar para ir a entrenar, y entonces me puse a trabajar. Repartí cartas y pintaba con mi tío, necesitaba tener plata para ir a entrenar y compararme los zapatos de fútbol. Pero duró lo que tenía que durar, me fracturé la mano, me lesioné. De todo. Pero retomé los estudios al otro año y me empezó a ir bien de nuevo, era buen estudiante.

- ¿Qué orientación hiciste?

- Hice humanístico y derecho.

- ¿Y sino hubieras sido jugador, que te hubiera gustado ser?

- Mis compañeros decían que era tremendo acahuete, porque quería seguir la carrera de magisterio. ¡Vos por el maestro Tabárez! y en realidad era más porque me gustaban los niños. El ISEF y comunicaciones me gustaba también, pero la verdad creo que ningún chico de 17,años sabe lo que quiere en la vida y eso jamás se lo voy a exigir a mis hijos.

- ¿Es verdad que en un entrenamiento de AIK Estocolmo, te pusieron dos guardaespaldas debido al ingreso de 16 personas al campo, que quisieron amenazarte y lastimarte?

- Fueron más de 16 personas. Yo había jugado en el equipo contrario (Rosenborg), se me había cerrado el período de pases y tenía que acumular minutos antes del mundial además de la situación familiar que vivía, surgió la oferta y fui. En un entrenamiento al poco tiempo, entraron entre 50 y 60 personas, pero era Suiza, nadie me pegó.

- Supongo que te asustaste, ¿qué te dijeron?

- No me asusté, me sorprendió. Me recriminaron porque estaba en el equipo contrario. No sabía cómo iban a reaccionar, conversamos dos segundos yo di mis explicaciones y listo. El club decidió ponerme 2 guardaespaldas pero fueron dos días. El tema estaba en que yo vivía en el barrio del primer club y por un tema de seguridad hacia mi familia más que nada, me mudé. Hubieron unas pintadas en casa únicamente.

- Y en Villarreal, no te renovaron contrato. ¿Qué sucedió, no tenías buena relación con Valverde o fue por otro motivo?

- Con Ernesto Valverde (DT del club) tenía buena relación, me hizo jugar de zaguero varios partidos porque justo habían varias lesiones. Después de jugar el último partido con la selección contra Costa Rica en Montevideo no quería que jugara, me dijo que tenía que esperar, pasó un mes y medio, tuve algunas otras ofertas, se lo planteé al club, el club no quería que me fuera, me dieron a entender que iban a echar al entrenador y yo no iba a esperar a que eso sucediera. No me sale desear que echen a nadie.

- ¿Te fuiste a España?

- Sí, Villarreal no había quedado con mi rendimiento y no renové. Después surge la propuesta del Sporting de Gijón.

- ¿Cuántas temporadas?

- Tres, un club hermoso.

- ¿En qué sentido?

- La gente. De verdad son apasionados del fútbol, del club el cual uno es hincha. No les importa si ganas ó perdes. Lo importante era mantenerse en primera división, disfrutaban mucho del fútbol como el espectáculo que es. Tenían mucha idolatría con los jugadores, en la calle me paraban, se sacaban fotos, etc.
Era una ciudad linda, lo único que tenía era que siempre llovía. Se comía espectacular.


- Y de ahí te vas a Paraguay

- Yo quería estar cerca de mi familia, en un lugar donde se hablara español. Yo quería volver a Sudamérica, mi sueño siempre fue salir campeón de la Libertadores. Al igual que Hugo de León yo quería levantar la copa de la Libertadores y obviamente que con Nacional, pero me llamó el presidente de Libertad y me dijo: “Quiero salir campeones de la Libertadores y quiero que te vengas al club”, me convenció.

- Y luego, la propuesta de Palmeiras, ¿cómo fue jugar en Brasil?

- Alucinante. Un sueño. Jugar donde Hugo de León había jugado fue lo más. También por Lugano que es amigo mío y había jugado ahí. Tenía todos los cuentos por él y además yo consumía mucho fútbol brasileño. El Palmeiras tiene 20 millones de hinchas y es un equipo grande. Con ellos estábamos en segunda división.

- ¿Lograron ascender?

- Sí. El Presidente me dijo; somos un equipo de la B que busca jugadores con carácter que se comprometan, nos gustaría que formaras parte de la institución. Dos años que pasé genial.

- Un tiempito a Wanderers de nuevo y al Atlético de Colón en Argentina. ¿Es verdad que en una práctica te despertaste en el hospital?

- Estábamos haciendo una jugada de pelota quieta, el último recuerdo que tengo era que estaba en el área y el próximo, más que en el hospital fue en la ambulancia. Estaba con respirador y algunas otras cosas, no entendía nada. Después me contaron que fui a cabecear una pelota y mi compañero en vez de a la pelota fue a mi cabeza.

- ¿Hay algún vídeo de eso?

- No, pero caí desplomado. Tuve algunas convulsiones y recuerdo que me dolían mucho los dientes, tenía miedo de haberlos perdidos. Por suerte dentro de esas caras desconocidas estaba el doctor del club que me explicó todo. Lo peor fue que quien me dió la patada era otro uruguayo, Emiliano García. Tremendo jugador y tremenda persona también. Me mato de la risa ahora que lo cuento, porque éramos los únicos uruguayos y justo fue de él para mí.

- Contame las diferencias que notaste entre el fútbol uruguayo y argentino

- La diferencia es gigante. Desde la calidad que hay en infraestructura para jugar en las canchas y después que el juego es mucho más agresivo y rápido que el nuestro. Eso también depende en parte de la cantidad de gente que te llena el estadio, la presión. Creo que también eso lo hace más entretenido.

- ¿Alguna vez sufriste la presión de un hincha argentino?

- Una vez en un momento que no andábamos bien. Obviamente que cuando sos extranjero y no marcas una diferencia sos el primero apuntalado porque es normal, sino lo estás haciendo muy bien es mejor que juegue cualquier otro argentino. Vinieron a buscarme, me esperaron afuera y me pidieron explicaciones. No soy de dar muchas explicaciones pero lo entendieron y se fueron. No pasó a mayores. La presión estaba con que gente de pocos ingresos llenaba el estadio y nosotros por momentos jugábamos mal, pero una vez que el equipo mejoraba ya estaba.

- ¿Y eso en Uruguay lo ves? ¿Notas que la gente de poco capital apoya a su club como lo hacen en Argentina?

- Sí, claro. A mí lo único que me importa es mi equipo y el compromiso está en ver al Parque Central lleno y saber que a esa gente no hay que defraudarla.  ¡Mira que esto no es una vendida de humo!, quieres ganar por la gente que te apoya, por el grupo humano, por la camiseta con la que jugas.

- Si tuvieras que elegir uno de los cuadros grandes en Argentina ¿qué elegirías, Boca o River?

- ¡Qué difícil! Porque tengo mis recuerdos de River de Francescoli, que también fue un ídolo, pero me siento más identificado quizás con el juego que tiene Boca y porque la Bombonera es fantástica. La Bombonera además es como un cajón que da la sensación de tener a la gente arriba tuyo. Es una locura linda jugar ahí, pero es como si me preguntaras: ¿Dónde te gustaría jugar en el Real o el Barza? ¡Y obvio! yo prefiero al Barca por Luis. Pero es complicado, la verdad jugaría para cualquiera de los dos, al menos que me tire alguno de corazón como pasa acá con Nacional y Peñarol.

- ¿Y con Luis Suárez qué relación tenes?

- No somos amigos pero tenemos una buena relación. Pasamos muchas cosas lindas y fuertes dentro de la selección, por eso la relación que tenemos.

- Además viste toda su evolución.

- Sí, porque además en Nacional del 2003, subía de cuarta a entrenar con nosotros en primera y se comía tremendas patadas porque era atrevido y “encarador” como es ahora. Y después la evolución que ha tenido en la selección, como todo pibe que la gente por lo general no lo aceptaba mucho, porque erraba muchos goles. Y con todo eso, pasó a ser el ídolo número uno, de mis hijos y los hijos del vecino, porque ¡el pibe es crack!, por lo que entrega, por lo que da, porque es el mejor centro delantero del mundo.¡Y por suerte que es de los nuestros!

- Y cambiando rotundamente de tema, también tuviste una etapa de modelo

- Sí, hice algunas que otras publicidades. La de Prili le tuve que explicar a mi mujer en qué consistía (posar junto a una modelo en ropa interior mientras que ésta le tocaba la cola), y con su permiso la hice. Al principio me daba un poco de vergüenza, pero como no estaba en el país no pasó nada. El tema fue al volver en vacaciones. Mis hijos se mataba de risa y a mi mujer obviamente no le causó tanta gracia que cuando estábamos lejos. Las paradas estaban minadas. Yo lo vi como un ingreso más.

- ¿Qué relación mantienes hoy día con Ache y Munúa?

- Soy muy respetuoso con las jerarquías. Ache es el presidente del club y no tengo ninguna relación más porque lo conozca de antes, al contrario, tengo una relación de un presidente que las tres veces que me ha tocado estar en Nacional, ha estado y siempre ha confiado en mí.
A Munúa lo veo con naturalidad, pensé que al principio alguno de los dos podía sentirse algo incómodo porque nos tocó estar jugando a la par pero el respeto que nos tenemos es mutuo. Y estoy agradecido por la confianza que me tiene. Respeto sus decisiones siempre y eso esta muy bueno al momento de trabajar, para potenciarnos cada uno en el papel que le toca.

- ¿Con que jugador de Nacional tenes mejor relación?

- “Sebita” Fernández, “Loco Abreu”, “Nacho”, Fucile, porque lo conozco de muchos años y hemos pasado cosas alucinantes con la selección. En realidad con todo el mundo. Y con Iván Alonso que es el capitán también. Es un líder muy positivo para el equipo.

- ¿Te arrepentís de volver a Uruguay?

- No. Pero siempre estaban las expectativas con la vuelta. Ese miedo de que piensen que volví para arrastrarme, pero yo vuelvo bien. Físicamente puedo dar todo y tengo ganas de seguir mejorando. Estoy disfrutando el país como nunca antes y todas estas cosas me hacen sentir bien.

- Con la selección jugaste 13 años. Pasaste momentos muy feos, pero también momentos lindos como el Sudáfrica 2010. ¿Qué enseñanza te dejaron todos estos años?

- Las enseñanzas no las puedo decir así tan fácil, pero seguro que todos estos años fueron los mejores de mi vida. La selección te acerca a lo más adentro del fútbol. A como cuando eras niño, corrías como enfermo y soñabas con hacer un gol. En Villarreal vestí una camiseta que recién conocía, sueños, jugadores que iba conociendo en ese momento, era todo nuevo. La selección era algo de siempre. Cuando me preguntaban de que cuadro era yo siempre respondía de Uruguay y Nacional. Era hincha de Uruguay, ganara o perdiera. Entrar al Centenario con la camiseta de Uruguay es único, siempre intenté disfrutarlo al máximo.

- El proceso Tabárez es uno de los más criticados. ¿Qué opinión tenes al respecto?

- Ha sido la empresa más exitosa del fútbol uruguayo. Es la que ha ingresado más dinero. Algunos dicen que se gasta 13 millones en cuatro años. Pero yo hago la división y son cuatro millones por año y si a eso lo divido por meses al final no me termina resultando que es tanto dinero. Tanto dinero para el mundo del fútbol, porque después se generan 30 o 40, en conclusión se gasta menos de lo que se genera. Pero acá el tema está en la mala gestión del fútbol uruguayo.
Creo que se ha mejorado la disciplina, los resultados y jugadores que empezaron en este proceso han podido triunfar en el exterior.
Que el juego sea más defensivo que ofensivo, no tiene nada de malo si los resultados se consiguen. Salió campeón de América, está entre los mejores cuatro del mundo, clasifican a los mundiales. Yo con esto, no digo que este cerca del gusto futbolístico de Tabárez sino lo que veo. Porque en definitiva con este tipo de juego se logró muchas cosas.

- Lograste tu sueño y vestiste las dos camisetas que te propusiste. ¿Te faltó alguna o te hubiera gustado vestir alguna más?

- No. Jugar en Wanderers, Nacional y la selección fueron mis sueños cumplidos. Después haber jugado en un grande de Brasil fue muy lindo.

- Un consejo para los que recién arrancan en el fútbol o para los más jóvenes.

- Para los más chicos, que se diviertan. Que formen amistades y valores como saber ganar y perder, ser solidarios, entre otros que el fútbol te enseña. Pero creo que es un consejo más para los padres que para los chicos, dejar jugar a los niños para que se diviertan.
Y para los que recién arrancan en primera, no tener los pies sobre La Tierra para soñar, tener los pies sobre La Tierra para entrenar. Siempre hay que soñar más de lo que uno sueña. Pero para eso también hay que entrenar.

- ¿Has pensado en tu retiro?

- No sé, ojala nunca. Me lo planteé dos veces. Este verano y en Colón a mitad de año, porque estaba haciendo cosas que no me hacían feliz. Pero luego salió Nacional, el fuego se me prendió de nuevo y quise seguir. No creo en el retiro perfecto y tampoco lo planeo.

- ¿Hasta cuando firmaste contrato en Nacional?

- Hasta Julio del año que viene. Le voy a seguir dando hasta que me duelan las piernas.

- Para cerrar, ¿Cómo definirías el fútbol en no más de 5 palabras?

- Vida. Mi vida. No puedo definirte en 5 palabras el fútbol porque todas las decisiones que he tomado en mi vida fueron por y para el fútbol.








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